Por esta razón, desde hace algunos años se empezó a hablar de la relación que se puede establecer entre el ejercicio investigativo y la docencia, debido a las potencialidades que puede presentar su integración para praxis pedagógica. La integración de pequeños ejercicios investigativos en la práctica docente genera un cambio en el sistema educativo, ya que los estudiantes pasan de ser receptores pasivos de la información, a convertirse actores activos de sus procesos de aprendizaje, bajo el cuestionamiento de la información que reciben y en la elaboración nuevos conocimientos. De esta manera se pretende la consolidación de un desarrollo más integral en el estudiantado, lo cual permite que se preparen para las competencias laborales que les serán exigidas en el futuro y para la vida en sí misma (Bojorque, 2015).
La aplicación de estas metodologias relacionadas con la investigación trae múltiples beneficios, ya que se potencia la creatividad, la recursividad, la creación y el análisis en complejidad. Finalmente, los docentes se convierten en mediadores entre la teoría y la práctica, rescatando los intereses y percepciones de los estudiantes, generando de esta manera motivación en cuanto a la aproximación hacia el conocimiento.
En la labor docente es muy importante porque favorece que el maestro analice y reflexione ante nuevas perspectivas para la transformación e innovación de su práctica. Propiciando datos para la planificación, proyectos y la toma de decisiones.
Bojorque, J. (2015).
Investigación y docencia. Nexos y beneficios mutuos. Anales. Revista de la
Universidad de Cuenca, (58), pp. 19-35. Recuperado de: http://dspace.ucuenca.edu.ec/bitstream/123456789/23348/1/02.pdf
Ocampo, J. (2008). Paulo Freire y la pedagogía del oprimido. Revista Historia de la Educación Latinoamericana, (10),57-72. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=869/86901005
https://www.youtube.com/watch?v=AD8DEnzhilc
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